Cristina Fernández de Kirchner: la movilización en Plaza de Mayo que reordena al peronismo

Miles y miles de gargantas volvieron a sonar en la Plaza de Mayo de Buenos Aires. Banderas, bombos y la sola consigna “Cristina, corazón del pueblo”, dominaron el paisaje. Mientras la derecha liberal de Javier Milei se atrinchera en decretos, motosierra y represión económica, el pueblo trabajador mostró una vez más que la historia no se escribe desde los despachos, sino desde la calle.

Sin discursos oficiales ni escenario centralizado, la movilización tuvo un fuerte tono simbólico y político. Carteles con consignas como “Cristina no está sola”, “Basta de lawfare y “Proscripción es dictadura” marcaron el tono de una jornada en la que, según los organizadores, se buscó visibilizar el apoyo popular a la expresidenta y denunciar la judicialización de la política

La movilización también sirvió como termómetro del estado actual del peronismo, que desde la derrota electoral de 2023 se encuentra en pleno proceso de reorganización interna.

La convocatoria logró reunir a diversos sectores: desde La Cámpora y el PJ bonaerense, hasta movimientos sociales no alineados directamente con el kirchnerismo. Algunas figuras opositoras al interior del espacio peronista se mantuvieron al margen, aunque no cuestionaron públicamente el acto.

Repercusiones y desafíos

Más allá de las consignas partidarias, la movilización del 19 de junio dejó en claro que Cristina Fernández sigue siendo una figura central del mapa político argentino. Para sus seguidores, continúa representando un modelo de país vinculado a la justicia social y la soberanía económica.

La jornada también reaviva el debate sobre el rol de la Justicia, la legitimidad de los procesos judiciales contra dirigentes políticos, y la relación entre poder político, instituciones y movilización popular.

En este marco, el 19 de junio pasará a la historia como el día en que el peronismo volvió a latir con fuerza, no sólo por la figura de una Cristina Fernández de Kirchner perseguida por una justicia amañada, sino por el proyecto colectivo que encarna: un país más justo, inclusivo y soberano.

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