El candidato republicano obtiene una victoria categórica frente a su contendiente demócrata, Kamala Harris, y será el 47mo presidente de Estados Unidos.
A ocho años de la impactante victoria frente a Hillary Clinton y cuatro luego de que Joe Biden lo sacara de la Casa Blanca, el presidente electo dio muestras de su resiliencia política, obteniendo victorias clave en los Estados pendulantes y ampliando el caudal electoral en gran parte del país.
En su discurso de victoria, Trump afirmó que el pueblo le otorgó un “mandato poderoso y sin precedentes para gobernar”, lo cual no es para menos, dado que obtuvo la mayoría en el Senado y se prevé que también lo haga en la Cámara de Representantes.
Si logra ganar el Congreso, ello le otorgará una plataforma importante para plantear una serie de reformas decisivas para reestructurar la burocracia federal.
Sustentado en un conservadurismo popular cada vez más determinante en el escenario político norteamericano, Trump plantea el comienzo de una “nueva era dorada en la historia de Estados Unidos”, desplazando del poder a una élite liberal que a lo largo de las últimas décadas ha venido perdido legitimidad en el país.
De cara a su próximo mandato, Trump instó a aumentar los aranceles a las importaciones para proteger la industria doméstica, promulgar medidas para bajar impuestos y promover créditos. Asimismo, llamó a una deportación masiva de migrantes indocumentados que viven en el país.
En materia de política exterior, afirmó que buscará negociar un acuerdo para dar fin a los conflictos en Ucrania y Gaza, bajo la idea de priorizar los intereses de Estados Unidos.
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