BRICS y el Sur Global: ¿Un nuevo camino para romper con el dólar?

En un mundo que se está despidiendo de la unipolaridad propia de un orden liberal internacional signado por la hegemonía de EEUU, los países del Sur Global comienzan a pensar en formas de reducir su dependencia del dólar y del sistema financiero controlado por Occidente. Entre las ideas que más fuerza han cobrado, está la creación de un sistema de pagos propio dentro del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ahora ampliado con otros países como Irán, Egipto y Arabia Saudita.

La propuesta es clara: crear una vía de intercambio comercial entre países, usando monedas locales o incluso una nueva moneda común digital, que no dependa del dólar ni de instituciones como el sistema SWIFT, dominado por EEUU. Este paso busca mayor soberanía económica y proteger a los países del Sur de sanciones, bloqueos o crisis externas.

¿Qué tiene que ver América Latina con todo esto?

Mucho. Aunque solo Brasil es miembro pleno del bloque, varios países de Latin America —incluida Argentina, que coqueteó con sumarse— observan con atención. Si el sistema de pagos BRICS funciona, podría convertirse en una opción concreta para comerciar con Asia, África y otras regiones sin necesidad de pasar por el dólar. Eso le daría aire a economías asfixiadas por deudas en moneda extranjera o vulnerables a las subidas de tasas de la Reserva Federal.

Imagina que un país como Argentina pudiera pagar importaciones desde India en pesos y no en dólares, o que Brasil comerciara con Sudáfrica sin pasar por Nueva York. No es ciencia ficción: es parte del debate actual sobre cómo construir una economía más equitativa a nivel global.

¿Utopía o futuro posible?

Ello no es una tarea sencilla. Hay diferencias entre los miembros de los BRICS, falta confianza en algunas monedas locales y aún se necesita construir una infraestructura de pagos robusta. Pero la idea avanza, empujada por un contexto en el que cada vez más países sienten que el sistema actual ya no los representa ni los protege.

Más que una ruptura total con el dólar, lo que propone el sistema de pagos BRICS es una alternativa. Y en un mundo que cambia rápido, tener opciones es poder.

¿Y ahora qué? Un llamado a actuar

Es hora de que los Gobiernos progresistas de América Latina, así como los movimientos sociales, sindicales, académicos y comunitarios, se sumen al debate. No podemos dejar la arquitectura financiera del futuro en manos de otros. En este marco, es un buen momento geopolítico para que los Estados impulsen acuerdos de cooperación con los BRICS y exploren con seriedad la viabilidad de integrarse al sistema de pagos alternativo. En relación a ello, los bancos centrales podrían comenzar a preparar escenarios de desdolarización parcial y fomentar el uso de monedas locales en el comercio regional.

Por su parte, mientras que los movimientos sociales debieran exigir a los Gobiernos más compromiso con la configuración de políticas exteriores más soberanas y alineadas con los intereses del Sur Global, las universidades, como centros de pensamiento, podrían abrir espacios de debate e investigación sobre estas nuevas herramientas de integración.

Porque la soberanía no se declama: se construye. Y hoy, América Latina tiene la posibilidad histórica de ser parte activa de esa construcción.

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