En un mundo sacudido por tensiones geopolíticas y una creciente fragmentación del orden internacional, la reciente reunión de ministros de Exteriores de los países BRICS en Brasil dejó claro que hay un bloque dispuesto a defender el multilateralismo y la cooperación frente al proteccionismo y el aislamiento impulsado por figuras como Donald Trump.
En este sentido, se destaca la intervención inaugural del ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, en la que afirmó que el bloque debe servir como una fuerza positiva en un mundo marcado por el conflicto.
“El camino hacia la paz no es fácil ni lineal”, declaró Vieira. “Los BRICS deben dar ejemplo, reafirmando nuestra convicción de un mundo multipolar donde la seguridad sea un derecho de todos, no un privilegio de unos pocos”. Veira destacó el papel ampliado del grupo tras su reciente ampliación a 11 miembros de pleno derecho, que representan casi la mitad de la población mundial y alrededor del 40 % del PIB mundial.
“Con su diversidad geográfica y cultural, los BRICS se encuentran en una posición privilegiada para fomentar el diálogo, el desarrollo y la estabilidad”, afirmó.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, se reunieron en el marco de la cumbre y se comprometieron a fortalecer la cooperación a través de los BRICS para acelerar la reestructuración del orden global.Wang elogió la unidad y cooperación de los miembros de los BRICS y afirmó que el grupo contribuiría a la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y racional. Asimismo, Lavrov sostuvo que Rusia, en conjunto con otros miembros de los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai, «participan activamente en esta transformación y están a la vanguardia del movimiento por la justicia y la igualdad«.
Estas declaraciones son muestra que el encuentro celebrado en Río de Janeiro fue mucho más que una cita diplomática de rutina. Representó una firme declaración de principios contra las políticas unilaterales que, como las impulsadas por el presidente estadounidense, amenazan la estabilidad del comercio global, socavan instituciones internacionales y privilegian el interés nacional por encima del bien común.
Los BRICS manifestaron su rechazo a las guerras arancelarias y al uso del comercio como herramienta de presión política. En este marco, los ministros denunciaron las prácticas proteccionistas que distorsionan los mercados, debilitan las cadenas globales de suministro y afectan con especial dureza a los países en desarrollo. En un mundo interdependiente, la búsqueda del beneficio unilateral a costa de los demás es no solo anacrónica, sino peligrosa.
Mientras Trump se aferra a un discurso de “EEUU primero”, los BRICS apuestan por un orden internacional más justo y equilibrado. Durante la reunión, se reiteró la necesidad urgente de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU para reflejar el peso creciente del Sur Global, un reclamo legítimo que apunta a corregir décadas de desequilibrios estructurales en la gobernanza global.
Los ministros también enfatizaron la importancia de impulsar la cooperación en áreas como tecnología, ciberseguridad y cambio climático, reafirmando su compromiso con un desarrollo sostenible, inclusivo y basado en reglas. Frente a la visión excluyente y centrada en el conflicto que promueven líderes como Trump, los BRICS ofrecieron una hoja de ruta hacia la cooperación digital y ambiental en beneficio de todos.
La defensa del multilateralismo no es una consigna vacía para los BRICS, sino que es un llamado a la acción frente a los intentos de desmantelar el sistema internacional construido tras la Segunda Guerra Mundial. En un escenario marcado por la incertidumbre, este bloque emergente representa una alternativa de equilibrio, diálogo y respeto a la soberanía.