Vietnam y los BRICS: un nuevo eje de equilibrio en Asia

El reciente anuncio de Brasil Vietnam como socio de los BRICS abre la posibilidad de su incorporación como miembro pleno del bloque y marca un giro estratégico que podría redefinir el orden regional en el Sudeste Asiático, fortaleciendo el ascenso del Sur Global.

Han bastado solo dos décadas para que los BRICS pasaran de ser un acrónimo académico a convertirse en una alternativa real al orden financiero y geopolítico tradicional. Con la incorporación reciente de nuevos miembros como Egipto, Irán y Emiratos Árabes Unidos, el bloque continúa consolidando su influencia global. Hoy, todas las miradas apuntan hacia Vietnam, cuyo interés por sumarse al grupo ha despertado un nuevo capítulo en la evolución del Sur Global.

Vietnam, país emergente con una economía vibrante y una política exterior pragmática, representa mucho más que una adición simbólica al BRICS. Su eventual adhesión reforzaría el perfil del bloque como plataforma inclusiva, dinámica y representativa de la diversidad regional del mundo no occidental.

Una voz independiente en Asia

Situado en el corazón del Sudeste Asiático, Vietnam ha demostrado un enfoque equilibrado en sus relaciones exteriores. Ha mantenido lazos productivos tanto con EEUU como con China, pero siempre defendiendo su soberanía y su derecho a decidir con quién asociarse. Unirse a los BRICS, según analistas internacionales, le permitiría consolidar una posición de liderazgo regional sin quedar atrapado en la rivalidad de las grandes potencias.

Pham Thu Hang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, afirmó que Vietnam desea “contribuir activamente a mejorar la voz y el papel de los países en desarrollo, promoviendo la solidaridad internacional y el multilateralismo inclusivo”.

En este sentido, Vietnam aportaría una voz fresca, estratégica y con legitimidad en el Sur Global, puesto que su eventual entrada al grupo sería un nuevo ejemplo de la transición sistémica que vive el mundo hacia la multipolaridad.

BRICS como motor de desarrollo alternativo

Vietnam ha logrado convertirse en uno de los países con mayor crecimiento económico del mundo en las últimas décadas. Su inclusión en los BRICS abriría puertas a financiamiento alternativo, cooperación tecnológica e infraestructura sin las condiciones asimétricas de los grandes organismos financieros occidentales.

Además, el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) del BRICS podría ofrecer financiamiento clave para proyectos en transporte, energía verde y digitalización, alineándose con los planes de desarrollo sostenible de Vietnam al 2045.

Impulsar una arquitectura global más equitativa

Uno de los pilares de los BRICS ha sido siempre la reforma del sistema multilateral, buscando mayor representatividad para las economías emergentes. Con Vietnam en sus filas, el bloque ganaría aún más legitimidad para exigir cambios en instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la ONU.

En palabras de Pham Thu Hang, “Vietnam se ha convertido en país socio de los BRICS, con el deseo de contribuir activamente a aumentar la voz y el papel de los países en desarrollo, promoviendo la solidaridad internacional y un multilateralismo inclusivo basado en el respeto al derecho internacional”, indicó.

En este contexto, la eventual incorporación de Vietnam a los BRICS es marca el avance de una arquitectura internacional más representativa, equitativa y orientada al desarrollo soberano. Con países como Vietnam, los BRICS no solo amplían su geografía; amplían también su legitimidad como motor de transformación global.

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