Israel está dando señales de una nueva escalada en sus ataques contra Cisjordania, expulsando a decenas de miles de personas de sus hogares. El país hebreo ha desplegado tanques en la ocupada Cisjordania y ha ordenado a sus militares que se preparen para una “estancia prolongada” para luchar contra los grupos armados palestinos en los campos de refugiados de la zona.
Dicha medida se produce dentro de una expansión de las operaciones militares que han expulsado a unas 40.000 personas de sus hogares en dicha región por Israel durante el último mes, desde que un alto al fuego detuvo los combates en Gaza.
Los llamamientos cada vez más estridentes de los israelíes de línea dura a la anexión total de los territorios palestinos y una propuesta del presidente de EEUU, Donald Trump, de expulsar a todos los que viven en Gaza han avivado los temores de una nueva Nakba (catástrofe en árabe).
Netanyahu ordenó el despliegue de tres tanques en el campo de refugiados de Jenin, el primer despliegue de este tipo en la ocupada Cisjordania desde 2002, cuando Israel lanzó una sangrienta represión contra un levantamiento palestino conocido como la segunda Intifada, que duró hasta 2005.
Israel comenzó su ataque el 21 de enero y avanzó más allá de Jenin y su campamento hacia el sur hasta Qabatiya y hacia el oeste hasta Burqin, y hacia el este desde Tulkarem hasta el campo de refugiados de Nur Shams.
También ha realizado incursiones más al sur, atacando Kobar y Silwad al norte de Ramallah, el barrio Beitunia de Ramallah y Hebrón.
Mientras lleva a cabo sus incursiones, el ejército israelí también expulsa a la gente, destruye arreteras, impone toques de queda durante días, bloquea los puntos de acceso a las ciudades, arresta a personas y se apodera de viviendas para uso militar.
En septiembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución en la que pedía a Israel que pusiera fin a su ocupación ilegal de Palestina en el plazo de un año.
Según los Acuerdos de Oslo firmados a principios de la década de 1990, Israel controla gran parte de Cisjordania, mientras que la Autoridad Palestina administra otras, un acuerdo que pretende ser un precursor de un Estado palestino junto a Israel. Como potencia ocupante, Israel está obligado según el derecho internacional a garantizar la protección de los palestinos, la prestación de servicios básicos y el respeto de los Derechos Humanos.