Pepe Mujica, el presidente que puso a Uruguay en el mapa del mundo

El pueblo uruguayo y de América Latina despidió a uno de sus mas importantes referentes, mirando el mundo de la izquierda.

Por Fabián Cardozo

Publicado originalmente en Diario Red

La presidencia de Pepe Mujica en Uruguay revolucionó el ambiente político local e internacional con leyes que ampliaron los derechos individuales: la ley de despenalización del aborto, la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de regulación y legalización del cannabis que por primera vez fue producido y comercializado por el propio Estado.

La “loca idea “de la marihuana

De todas las legislaciones aprobadas durante el gobierno de Mujica, fue sin dudas la ley de la marihuana la que más impacto causó a nivel mundial.

Se trató de una legislación pionera en el mundo, porque consistió en una regulación total por parte del Estado. 

La reglamentación ofreció cuatro aspectos concretos para la obtención del cannabis: el auto cultivo, los clubes cannábicos, el cannabis medicinal y el cannabis recreativo producido y comercializado por el Estado a través de algunas farmacias, hecho que se convirtió en lo mas llamativo.

Se creó un registro de consumidores, y cada residente en Uruguay debió elegir qué forma de acceso al cannabis prefería. No todos estuvieron de acuerdo con esto.

Pepe Mujica revolucionó el ambiente político local e internacional con leyes que ampliaron los derechos individuales

Acompañando la reglamentación, se empezó a emitir una campaña de propaganda alertando sobre las consecuencias negativas del consumo de cannabis y desalentando su uso. Algún análisis emparentó a esto como contradictorio con lo anterior.

Cuestión de derechos

La otra iniciativa que puso a Mujica y a Uruguay en el mapa mundial fue la ley que despenalizó el aborto. Una ley que convirtió a Uruguay en el primer país latinoamericano en permitir un control médico sobre esta práctica que en la mayoría de los países se realizaba clandestinamente.

En Uruguay, los estudios indicaban que se estaban realizando unos 30.000 abortos por año, en un país de poco más de tres millones de habitantes. Pero el gran problema no era ese, sino la muerte de madres durante ese procedimiento ilegal e irregular.

Durante su gobierno, Mujica también decidió igualar los derechos matrimoniales de las parejas homosexuales a las de las heterosexuales. El proyecto de ley fue presentado en 2011 por un grupo de activistas y sancionada por Mujica 18 meses después, tras el tratamiento y aprobación en el Congreso.

Una de las novedades de esta ley es que permitió que cualquier pareja homosexual o heterosexual elija el orden de los apellidos de sus hijos. Así, esto igualó también en derechos a mujeres y hombres en cuanto a la elección del apellido de los niños

Pero tal vez el mayor legado de Mujica haya sido el impacto de sus discursos internacionales, que se condecían con su forma austera de vivir.

Durante su mandato, Mujica viajó a 22 países y salió 65 veces de Uruguay. El destino que más visitó fue Brasil, país al que viajó 17 veces en cinco años. Luego le siguió Argentina, a donde viajó 15 veces y Venezuela, con 11 visitas oficiales. También visitó China, EEUU, España y el Vaticano, donde se reunió con el papa Francisco.

La ley que despenalizó el aborto en Uruguay durante el gobierno de Mujica convirtió al ‘paisíto’ en el primero en Latinoamérica en permitir un control médico sobre esta práctica

“El hombrecito promedio de nuestras grandes ciudades deambula entre las financieras y el tedio rutinario de las oficinas, a veces atemperadas con aire acondicionado. Siempre sueña con las vacaciones y la libertad. Siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día el corazón se para, y adiós. Habrá otro soldado cubriendo las fauces del mercado, asegurando la acumulación”, decía Mujica en setiembre de 2013 ante los mandatarios del mundo reunidos en la Asamblea General de la ONU, en un discurso en el que hizo una fuerte defensa del ambiente, de la vida y de la Tierra. “Me angustia, y de qué manera, el porvenir que no veré y por el que me comprometo. Sí es posible un mundo con una humanidad mejor. Pero tal vez hoy, la primera tarea sea salvar la vida”, agregaba.

Ese discurso mundial retomó algunos de los puntos que ya había desarrollado en su famosísimo discurso ante la Cumbre ambientalista Río+20: “No venimos al planeta para desarrollarnos solamente, así, en general. Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental”

“No se trata de plantearnos el volver a la época del hombre de las cavernas, ni de tener un ‘monumento al atraso’. Pero no podemos seguir, indefinidamente, gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado. Por ello digo, en mi humilde manera de pensar, que el problema que tenemos es de carácter político. Los viejos pensadores como Epicúreo, Séneca o incluso los Aymaras- definian que pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho, y desea más y más’. Esta es una clave de carácter cultural. Sé que algunas cosas de las que estoy diciendo rechinan. Pero tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua y de la agresión al medio ambiente no es la causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir”, dijo Mujica en este discurso claramente histórico.

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